Disfrutar sin hacer mucho

Nuestro día a día a veces nos lleva a querer estar todo el rato haciendo mil cosas, desayunos, colegios, comidas, juegos, experimentos, cuentos, playa, piscina, cenas, duchas…

Pero también es importante parar, detenernos a mirar a nuestros hijos, estar en casa tirados en el sofá y darles tiempo para que jueguen sin propuestas, observar en qué juego o estilo de juego (hablaremos de ello en otro post) es lo que más les gusta, hablar con ellos de cómo ha ido el día, que les ha pasado y que nos confiesen sus emociones, sus «preocupaciones» y sus deseos…

Ahora que se acercan las vacaciones tenemos que tener en cuenta que también es importante incluso que «se aburran», sacarlos de tanto estímulo diario, aburrirse no es malo.
Un niño puede aburrirse por varios motivos, que ya no le resulte interesante lo que está haciendo, que pida nuestra atención para que le ayudemos en sus actividades, o quizás está cansado de que se lo demos todo preparado sin darle oportunidades de procesar las cosas por sí mismo/a.

El aburrimiento ayuda a desarrollar la creatividad y autonomía de los niños, así ellos buscarán soluciones y alternativas por sí mismos dándoles la oportunidad de trabajar en su imaginación.

¿Os interesa el tema del «aburrimiento»? Estaremos encantadas de seguir hablando sobre este tema :p

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