Derechos de la Infancia
Nieves, Maestra de educación especializada en Neuroeducación
Derechos de la infancia
Con motivo del trigésimo cuarto aniversario de la convención de los derechos del niño
(ONU, 1989), esta es una ocasión especial para visibilizar la necesidad de promover y
velar por el bienestar integral de todos los niños y niñas del mundo, con independencia
de su procedencia, sexo, cultura, religión o cualquier otra condición o circunstancia
personal y/o social.
Esto me lleva irremediablemente a dar voz a los más de 3.400 niños y niñas asesinados
por los bombardeos actuales entre Israel y Palestina, y los más de un millón de
supervivientes que se enfrentan a una gran escasez de artículos de primera necesidad, así
como a graves secuelas físicas y emocionales que sufrirán de por vida, tal y como
denuncian desde la Organización humanitaria Save the Children: “miles de niños vivirán
con discapacidades y problemas de salud mental debido a los episodios extremadamente
traumáticos vividos por la guerra”
Sin necesidad de irnos tan lejos, Según el Plan Insular de Infancia y Adolescencia del año
2020, se reporta que el 38% de la población menor de 18 años de la isla de Ibiza estuvo
atendida por la Unidad Sanitaria de Salud Mental de la Infancia y la Adolescencia, así
como las mayores tasas de suicidio infantil registradas hasta la fecha.
Todo esto pone en alerta sobre la urgente necesidad de promover una educación que fomente la inteligencia emocional y las habilidades emociones entre los más pequeños, dados los beneficios que se han reportado en diferentes investigaciones científicas (Pekrun, Goetz, Titz y Perry, 2002).
Así mismo, sirva este escrito para alentar a las familias hacia una crianza más consciente (aquella que se preocupa por el origen emocional de las conductas con el fin de poner solución, más que castigarlas o sancionarlas) y que, además, esté basada en la disciplina positiva, temas que bien merecerían un artículo por sí mismo.
Con el fin de ofrecer algunas claves que pudieran interesar al lector, como un modo de
prevenir y paliar esta “epidemia” del siglo XXI, me hago eco de las consideraciones
emitidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece 5 pautas que
todo padre, madre y/o tutor legal debería proporcionar en los niños y niñas a su cargo:
– Buena salud
– Nutrición adecuada
– Oportunidades para el aprendizaje temprano
– Atención receptiva
– Protección y seguridad
Hoy invito a los padres y madres, que nos estén leyendo a ser conscientes y responsables de la enorme y apasionante tarea que representa la crianza de los más pequeños, la cual supone una doble vía de actuación
¿Y cuáles son?.
– A nivel físico, a través de una buena alimentación y nutrición, descanso, seguridad.
– A nivel emocional y mental, atendiendo a las necesidades de acompañamiento, protección, relación y afiliación como principales figuras apego.
Esto permitiría garantizarles un apego seguro, que como ya nos advirtieron pedagogos y psicólogos como John Bowlby,
Mary Ainsworth o Harry Harlow con su experimento de privación materna con macacos, el establecimiento de un buen vínculo afectivo desde el nacimiento es la base para un correcto desarrollo del individuo.
Así pues, garantizar un estilo parental basado en un apego seguro, disponible y accesible,
que de consuelo y sostén, a la vez que establezca normas, límites y rutinas desde el
afecto y la amabilidad, tendrá un gran impacto en cerebros en pleno proceso de desarrollo, ya que favorece la apertura y la flexibilidad cognitiva, lo cual repercute en la mejora de las capacidades cognitivas y el aprendizaje, como así lo afirman las últimas investigaciones en materia de neuroeducación (Herrerea, 2006).
Así mismo, favorecer experiencias de juego libre y manipulativo, no solo como actividad placentera en sí misma, sino como herramienta de socialización, de creación del propio “yo” y de construcción de la realidad, resulta fundamental.
Y es que, el juego, es de hecho para el niño una necesidad emocional.
El niño que juega desarrolla sus percepciones, su inteligencia y su tendencia a la experimentación.
Finalmente, querido lector, después de todas estas recomendaciones, te invito a cerrar los
ojos un segundo y recordar cuando eras niño:
¿Cuáles eran tus necesidades? ¿Qué disfrutabas hacer? ¿Quién te hacía sentir querido y amado? ¿Qué te hacía sentir feliz?
Pues bien, ahora tienes la maravillosa oportunidad de brindárselo a tus propios hijos.
Gracias.
Nieves Tobaruela Mendoza
– Maestra Educación Infantil CEIP Sa Bodega
– Profesora-turora centro UNED Baleares
– Representante APREP (Asociació Pitiusa per a la renovació Educativa i Pedagògica)
d’Eivissa i Formentera.
– Especializada en Neuroeducación, aprendizaje y desarrollo en la infancia, trastornos del
desarrollo, Inteligencia Emocional, familia-escuela.
@educaconemocion
Bibliografía:
– Pérez, González, J.C., Expósito-casas, E., (2022). Aprendizaje y Desarrollo en
la infancia. Volumen 1. Editorial Sanz y Torres, S.L. IBSN: 9788418316593
– Pekrun, R., Goetz, T., Titz, W., & Perry, R. P. (2002). Academic Emotions in
Students’ Self-Regulated Learning and Achievement: A Program of Qualitative
and Quantitative Research. Educational Psychologist.
– Richards, M. N. (2020). Play. Encyclopedia of infant and Early childhood
Development, 2nd edition, volumen 2.
– Herrerea, M. O., Mathiesen. M. E., & Domínguez, P. (2006). Evaluación de
entornos educativos en centros parvularios para menores de tres años. La Escala
ITERS. Investigaciones en Educación, 6(1), 141-168.
– Imagen tomada de: https://apps.who.int/iris/handle/10665/272605
– Extractos de la convención sobre los derechos del niño (ONU, 1898).
– Plataforma Save the children
– Plataforma Organización Mundial de la salud (OMS).
– Plan insular de infancia y adolescencia.